Me encantaría
empezar el blog hablando de las bodas de invierno ya que el motivo que me ha
llevado a crear este blog ha sido una de ellas.
Mi hermano
se casó en Diciembre del 2013 en Galicia,
ese día las luces rodeaban las columnas
del comedor, los centros de mesa lucían
ramas secas, las flores de pascua y el acebo decoraban el ramo de la novia y la
música de Frank Sinatra sonaba de fondo convirtiendo el día más corto del año en un
auténtico final de cuento.
Casarse en una época del año en la que las probabilidades de que luzca el sol son escasas (y más en Galicia) ofrece un millón de posibilidades para ser creativo y original. El invierno tiene un encanto y una magia especial, los paisajes deshojados, la necesidad de iluminar cada rincón y reconozcámoslo el frío despierta en nosotros sentimento de ternura y ganas de cariño :).
Si tuviera que organizar mi boda en esta época del año le pediría al Hada Le Tulle cuatro deseos:
· Una capa o abrigo para el vestido de novia.
· Alguna invitada de manga larga
·
Detalles de decoración hechos de acebo
·
Y un salón decorado con muuuuchísimas luces
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